“PENSANDO EN POLÍTICAS PÚBLICAS DESDE LA JUVENTUD Y PARA LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.”
“La bifurcación de lo político y lo social no debería ser visualizada como resultado del desencanto o la desmoralización cívica, sino desde la perplejidad de quienes constituyendo el sustento social de la legitimidad el sistema advierten que éste no parece eficaz en la materialización de sus derechos”.
Carlos Auyero[1].
Introducción
El presente trabajo pretende ser un aporte a las reflexiones sobre la realidad provincial y la búsqueda de construir alternativas, frente a las condiciones de vida que atraviesa Buenos Aires.
Cabe destacar, que hablamos desde nuestra particularidad como socialistas, dentro de la heterogeneidad que define a las juventudes bonaerenses.
En tal sentido, uno de nuestros esfuerzos actuales es promover espacios para la participación de los jóvenes, en el pensar y el proponer cosas que trasciendan lo generacional, en pos del mejoramiento de nuestra provincia y nuestro país. Por eso, en este caso, nos hacemos presentes en el marco de la III CPN: " Más socialismo, mejor democracia, más igualdad " para transmitir una serie de consideraciones acerca de la compleja dinámica social en la nos encontramos insertos, como escenario de innumerables desafíos para el crecimiento del proyecto socialista argentino.
Sabemos que nos encontramos inscriptos en un panorama poco aliciente, pero el socialismo no es sólo pronunciamientos, sino que es propuesta puesta en marcha. Así que, siendo Santa Fe nuestro principal referente de gestión y gobierno, realizaremos un trabajo comparativo en el que procuramos que se visualicen a grades rasgos, los límites y posibilidades para la construcción de un Frente Progresista en Buenos Aires; convencidos en que ese es el camino a seguir.
1. Nuestro Pronunciamiento Grupal.[2]
Somos socialistas jóvenes de la provincia de Buenos Aires, con una realidad provincial que nos brinda hoy, la posibilidad de ser protagonistas y en muchos distritos, actores estratégicos, en esta alternativa progresista que estamos construyendo.
Decididamente, estamos convocados por la convicción de creer en la política como herramienta de transformación social; y definidos por los valores ético-políticos de nuestro partido, creemos que debemos realizar un trabajo conciente y comprometido, desde el reconocimiento y el respeto a la diversidad de los procesos que forjan nuestra identidad provincial.
Sabemos que no es sencillo, pero calmamos nuestras ansiedades al tratar de comprendernos como parte de procesos socio- históricos más amplios; comprendiendo que el camino a seguir es fortalecernos a través del tiempo como una fuerza política que logre contener y representar los intereses y necesidades de la mayoría, en esta sociedad cada vez más fragmentada, excluida y pauperizada, en términos económicos, como sociales, políticos y culturales.
Pero al asumir las responsabilidades (individuales y colectivas) de este emprender; resulta inevitable detenernos a pensar acerca de qué Socialismo queremos, para qué y cómo se llega; y así poder dar cuenta desde el trabajo cotidiano, de nuestro proyecto político en la sociedad, como herramienta históricamente puesta al servicio de la solidaridad, la ética y la equidad.
“Estudiar, organizar y Difundir” son y serán, los ejes trasversales de nuestra tarea, convocando desde la amplitud del partido a personas no socialistas también, a la construcción colectiva de una Argentina distinta.
Nuestra propuesta es construir una herramienta política que pueda transmitir ideas progresistas y traducirlas a acciones políticas concretas. Sabiendo a qué lugar se va, de qué cosa queremos ser partícipes como partido político, cuáles son nuestros vínculos con los otros, y a qué sectores sociales, como militantes, queremos llegar.
Nuestro desafío es trabajar construyendo consenso, desde una postura frentista que garantice verdadera representatividad. Más que una coalición electoral, hay que forjar además, una coalición política que exprese un determinado sistema de ideas defendiendo el decir en el hacer y que no nos conduzca a reproducir el fracaso de las experiencias vividas anteriormente en nuestro país. Porque tenemos la convicción de que no vivimos de ganar elecciones, vivimos por cambiar la realidad. Trabajando por construir una sociedad diferente, por construir algo que valga la pena ser pensado y vivido, como resultado de un proyecto de realización colectiva.
Creemos que la historia del hombre es la permanente lucha por transformar la realidad, y apelamos a aquella capacidad productora de cambios, regidos por los valores subyacentes de nuestras acciones partidarias. Porque estamos convencidos de que “el Socialismo no es un sistema. El Socialismo es un conjunto de valores, que a través de la historia se va aplicando a cada momento, se va aplicando a cada circunstancia. Y también (…) tiene que haber pasión. Pero la pasión no tiene sus raíces en la ciencia, sino en la utopía, en el ideal. Y no hay lucha socialista sin utopía y sin ideal. Esto hay que comprenderlo. El Socialismo hace muchas veces a la posibilidad de la concreción de llegar a la comprensión de la gente, que la hemos sabido movilizar. Y esa gente tras un ideal es una fuerza transformadora incalculable, mucho más allá de lo que puede estudiar la gente. Por eso es necesario avanzar con las dos piernas del Socialismo: con la ciencia y con el ideal, con la utopía de un país diferente, de una ciudad diferente, de un barrio diferente. Y esto es posible, y se ha demostrado muchas veces que esto es posible.” [3]
Sabemos que no hay recetas para nuestro trabajo y además no creemos que sea posible estandarizar el accionar, en la dinámica y complejidad de la realidad. Pero como socialista jóvenes sostenemos la importancia de dar el lugar para formarnos, organizarnos y aunar criterios estratégicos de participación, que reflejen nuestra perspectiva en el trabajo mancomunado del conjunto, más allá de los espacios y/o particularidades distritales que nos encontremos transitando.
2. Algunas reflexiones comparativas con la experiencia de Santa Fe. En torno a las necesarias reformas del Estado Bonaerense.
Como jóvenes socialistas bonaerenses observamos a lo largo y a lo ancho de la provincia una profunda crisis marcada a grandes rasgos, por el profundo deterioro del tejido social, facilitado por las políticas de gobierno que “nos vienen conduciendo” con cierta lógica de “banda punteril”.
Así, realizando un análisis no del todo minucioso, creemos fundamental armar y diseñar políticas públicas que permitan erradicar “los canceres de la política bonaerense”, que a nuestro criterio, se agudizan principalmente por:
1. La lejanía del estado con el ciudadano: Por la incorrecta e imprecisa división territorial de la provincia de Buenos Aires, el contacto cercano y dinámico del Estado provincial y municipal con el vecino, es muy difícil de que se lleve a cabo. Una de las causas de esta problemática, es la magnitud de ciertos municipios, y la escasa descentralización de los mismos. El caso bisagra es el municipio de La Matanza, en el conurbano bonaerense, que cuenta con 1.225.228 Habitantes.
2. Falta de Autonomía Municipal: Aparte de la gran concentración de habitantes en muchos de los 134 distritos de la provincia, estos no gozan con lo que el articulo 123 de la Constitución Nacional exige, que es la autonomía de los municipios. Cuestión fundamental para pensar desde los Distritos el desarrollo local y la aplicación de políticas publicas transversales, innovadoras, transformadoras y participativas; que terminen con los esquemas vigentes de malversación de recursos públicos, mediante la continua creación de programas y sub- programas fragmentados, superpuestos, focalizados, e ineficientes, que poco responden a las necesidades reales de la población.
3. Incorrecta Regionalización: En muchos casos, la provincia esta regionalizada en criterios no semejantes. Por ejemplo las regiones judiciales, difieren terriblemente de las regiones electorales. Es necesario avanzar hacia una regionalización que abarque todos los temas y que la conformen distritos con similares características culturales, productivas, y de transporte, para que las acciones públicas acordes a las necesidades de cada región sean aplicables.
4. El profundo aparato de corrupción y clientelismo político: la utilización excesiva de recursos destinados a fines poco transparentes y manipuladores de “voluntades” es una característica trasversal a cada eslabón de la administración pública en nuestra provincia. La situación de extrema necesidad de la gran mayoría de nuestra población, y los aprovechamientos de los gobiernos locales que utilizan los deficientes programas disponibles desde el Estado, a modo de dádivas sociales, son moneada corriente. Existe una gran cantidad de planes sociales mal habidos, son condición indispensable para que los caudillos territoriales mantengan su poder. Quien maneja el poder del Estado, cuenta con un plus (los fondos públicos) para hacer la campaña electoral y “comprar voluntades”. Las comunes amenazas que “si no venís a la marcha te sacamos el plan “, son las pruebas de la forma de extorsión que sufren los vecinos mas vulnerables de la provincia ante la necesidad de movilización del gobierno nacional.
En este análisis, no podemos dejar de hacer mención del sistema de corrupción político- policial. La policía bonaerense representa un estado paralelo que maneja ilegal e impunemente, el juego clandestino, la prostitución, las drogas, el alcohol y la evasión de impuesto entre otras cosas. Muchos intereses económicos y políticos se verían afectados con una “nueva policía”, ya que los jóvenes son los primeros en quedar atrapados en sus “manejos arbitrarios y desmedidos de poder”, y con quienes, estos mafiosos se llenan los bolsillos de plata sucia.
Si bien contamos con la referencia concreta de otra manera de pensar la gestión de gobierno, en la experiencia de Santa Fé, somos concientes de que las realidades y oportunidades que presenciamos son notoriamente diferentes.
Siendo nuestra principal preocupación el cómo continuar avanzando en la construcción de un frente Progresista en la Provincia de Buenos Aires; en esta ocasión, sólo nos detendremos en algunos aspectos neurálgicos de tal proceso.
Comparando el Estado de la provincia de Buenos Aires y el de la provincia de Santa Fé, se visualizan innumerables diferencias, pero puntualmente dos de escala estructural, acarrean todas las demás.
La primera, referida a la vinculación y articulación entre los factores del estado, el gobierno y el partido político gobernante. En Buenos Aires, habitualmente se confunde estado y gobierno, y se lo trata como una misma cosa. No hay políticas de estado, sino que hay políticas de gobierno. En tiempo de elecciones, el rol del partido gobernante esta muy asociado también a la política asistencial del gobierno, y éste le provee de ayuda social a los referentes territoriales del Partido. Afortunadamente, en la provincia de Santa Fé, y con un esfuerzo sideral, se consiguió diferenciar el gobierno, que es de carácter transitorio es el encargado de la gestión publica, que es la expresión de la política; del estado, que tiene un alcance mayor que el gobierno, y del cual formamos parte todos los ciudadanos; y el partido en este caso, el Frente Progresista, que es un mero instrumento electoral y de creación de objetivos y propuestas.
Y la segunda, que distingue con claridad estas dos maneras contrapuestas de pensar la gestión es la Planificación Estratégica. Herramienta fundamental para generar espacios de diálogo y concertación entre los distintos sectores provinciales, para el diseño, la implementación y el control de las políticas de gobierno. Propuesta que tiene como centro, un postulado que rompe paradigmáticamente con las formas de convencionales de la política gubernamental: La participación ciudadana. Que en el caso de Santa Fe se cuenta hoy con plan programático de gestión pensado desde el conjunto. En el caso de Buenos Aires en cambio, los asuntos concernientes al porvenir provincial se deciden en una especie de “escribanía” manejada por los que “ganan las elecciones”.
Pero para situarnos más claramente en el análisis, el triángulo de gobierno propuesto por Matus, nos ayudará a entender y comparar las dos realidades, planteando que “… gobernar es articular los tres vértices de un triangulo: gobernabilidad de los sistemas, proyecto de gobierno y capacidad de gobierno…” [4]
El proyecto de gobierno: indica el punto de llegada al que se aspira y el rumbo seleccionado, y tiene que ver no solo con los objetivos a lograr, sino también con los medios que se proponen para alcanzarlos. En Santa Fé, existe el Plan Estratégico, realizado colectivamente por miles de santafecinos y con objetivos y desafíos a mediano y largo plazo que incluyen todas las áreas del gobierno. En Buenos Aires, no tenemos conocimiento de nada que se le parezca a una planificación de la gestión. Como ya dijimos, el gobierno socialista llego a la ambiciosa pero real concreción de un plan estratégico; y dicho plan, es el mas alto de los niveles operacionales, incluyendo los lineamientos políticos fundamentales, las prioridades (como por ejemplo crear, difundir, enseñar e inculcar derechos y no resolver demandas), la asignación de recursos y las estrategias de acción. Jerárquicamente inferior en esta escala, viene el termino “programa”, que hace referencia a un conjunto de actividades, servicios o “proyectos”, el tercer nivel. De acuerdo al análisis que hacemos del gobierno de Daniel Scioli, su gestión tiene coordinada mayoritariamente sus políticas a través de proyectos, definiendo este término como conjunto de actividades concretas, interrelacionadas y coordinadas entre si, que se realizan con el fin de brindar servicios, satisfacer necesidades y resolver problema. Gestión que restringida a este nivel, reduce la capacidad de gobierno a la satisfacción de demandas y no a la creación de derechos, principal y sustancial diferencia.
La gobernabilidad del sistema: Se refiere al peso relativo de las variables controlables y de las no controlables, del sistema en cuestión (en este caso el aparato público), que se refleja en el grado de aceptación o rechazo tanto de los gobernados, como de los demás poderes de gobierno y grupos de presión existentes. En este aspecto hay cuestiones contradictorias, en Santa Fé, se logro un dialogo fluido y maduro con los sindicatos y las cámaras empresariales, a través del Concejo Económico y social; sin embargo, el senado provincial con mayoría justicialista, pone palos en la rueda del gobierno, como lo hizo, entre otras iniciativas, con la reforma tributaria y el presupuesta 2009. La situación de la provincia de buenos aires, es que el gobernador goza de una mayoría automática en ambas cámaras legislativas, no cree conveniente la participación de la ciudadanía y de representantes sectoriales en un ámbito de discusión no vinculante.
La capacidad de gobierno: Tiene que ver con la pericia que demuestra el gobernante y sus funcionarios para conducir, maniobrar y superar las dificultades del cambio propuesto. Hace hincapié también en la eficiencia y la eficacia. Es fundamental la experiencia y el grado de formación técnica, política e ideológica de los responsables, y estas salen a la luz mayoritariamente en los momentos de crisis. Acá reside otra diferencia estructural entre ambos gobiernos. Uno, el del compañero Binner, que plantea soluciones y propuestas ante cada inconveniente, (que fueron muchos a pesar del corto tiempo en el poder) y otro, que su principal obra es llevarse bien con el poder central, (léase gobierno nacional, presidente del Partido Justicialista) así esté le provee de fondos y de aportes del tesoro nacional para subsistir. El gobierno socialista cuenta con cuadros formados desde hace mucho tiempo para ocupar los roles que les tocan desempeñar hoy en la provincia de santa fe, quienes participaron en la elaboración de un programa y donde los equipos técnicos se encargaron de conocer profundamente la realidad y de pensar propuestas para transformarla. Del otro lado tenemos un gobernador exportado, ya que por conveniencia del ex presidente, y ante la falta de un candidato a gobernador, hizo que un hombre de la capital federal se postule, y no tenga planes, equipos, pertenencia ni vocación.
3. ¿Qué vemos y qué pensamos hacer? Algunas consideraciones finales.
Es cierto que la complejidad provincial, y las dificultades concretas de encaminar políticas públicas desde un espacio de minoría, es un condicionamiento claro y evidente en los ámbitos que estamos.
Sin embargo, no claudicamos, porque tenemos en claro la direccionalidad nuestro trabajo.
De esta manera, si tuviésemos la ocasión de avanzar en torno a la elaboración de políticas públicas provinciales; acordamos fehacientemente con el Frente Progresista de Santa Fe, acerca de la importancia de involucrar a la sociedad, en la elaboración del cambio y no sólo como mera destinataria de las propuestas; aportando las diferentes perspectivas en la construcción de las mismas.
Y Sostenemos que para esto hay que democratizar la política. Resignificar el sentido de la política como dimensión inherente al hombre, como herramienta de transformación social. Y cuando hablamos de lo político, no nos referimos a las meras prácticas partidarias convencionales de internismos, clientelismos y manipulación. Porque “No habrá una democracia plena, sino se diseñan nuevas estructuras de participación en el campo económico-social que convierta a cada hombre en protagonista de su desarrollo personal y colectivo”[5]
Para ello, es indispensable fortalecer al ciudadano sobre el electorado, el derecho a tener derecho, la democracia real sobre la formal. Facilitando las posibilidades para que las personas puedan ser participes del mejoramiento de su vida cotidiana.
Sin lugar a dudas, este proceso de separación entre lo político y lo social, funcional a la clase dominante, nos lleva a repensar el proceso de construcción democrática de nuestro país y a promover las herramientas de intervención que nos brinda este espacio progresista; revolucionando el esquema tradicional y vigente de gestión, tendientes a mejorar la calidad institucional, al cambio en la cultura política y a la participación ciudadana en políticas públicas.
Creemos y sabemos que esto es posible, pero debemos tener presente las particularidades de nuestra provincia para poder avanzar hacia nuestro plan estratégico bonaerense.
En definitiva, se trata de no renunciar pese a las adversidades, y poder demostrarle a la sociedad que la práctica social implica necesariamente ser concebida como construcción política. Que es posible el cambio, pero que éste que se forja diversamente en tiempo y forma; acorde a los distintos procesos socio- históricos y regionales.
".. No estemos jerarquizando lo que nos separa sino que desarrollemos las coincidencias, lo que nos une. O salimos hacia adelante o volvemos hacia atrás, y esto hay que definirlo como lo define siempre la juventud, con corazón y a pulmón. Esta es nuestra fuerza, asumámosla...”
Guillermo Estévez Boero.[6]
Este documento fue pensado y redactado por los siguientes compañeros: Andrés Lorusso, Ariel Gómez, Israel Caire, Agustín Gargiulo, Gerardo Laguzzi, Natalia Ligrenyn, Leonel Caire, Walid Rashid, Ailin Infante (Alejandro Korn); Boris Tronchinsky, Flavia Villalba (San Vicente) ; Jenifher Vago, Ignacio Sentana, Gonzalo Sentana, Noelia Martini, Maria Mangieri, Mariana López, (Moreno) Miryam Navarro, Maia Lata (Avellaneda) ; Miguel Palacios (San Isidro) Agustín Simiand (La Plata) .
[1] Auyero C. (2007): Escritos Políticos. Editorial Sudamericana. COPPPAL Argentina. Pág. nº 93
[2] Este documento es el resultado del “Encuentro de Socialistas Jóvenes de la Provincia de Buenos Aires” realizado el 16 y 17 de noviembre de 2008, en Moreno – Buenos Aires. Actividad que tuvo como objetivo fortalecer la organización grupal.
Para más información: http://jpsbuenosaires.blogspot.com/
[3] Fragmento de “Charla del Compañero Guillermo Estévez Boero”. Rosario, 27 de noviembre de 1999. De: Escuela de Formación Política del Partido Socialista Popular, Santa Fe. Pág., 45. (Texto utilizado como documento de debate en el Encuentro)
[4] Matus C. (2000): Teoría del Juego Social. Fondo Editorial Altadir, Caracas. Pág, 437
[5] Auyero C. Idem, pág. nº22
[6] Estévez Boero G. Ídem. Pág. nº 44
“La bifurcación de lo político y lo social no debería ser visualizada como resultado del desencanto o la desmoralización cívica, sino desde la perplejidad de quienes constituyendo el sustento social de la legitimidad el sistema advierten que éste no parece eficaz en la materialización de sus derechos”.
Carlos Auyero[1].
Introducción
El presente trabajo pretende ser un aporte a las reflexiones sobre la realidad provincial y la búsqueda de construir alternativas, frente a las condiciones de vida que atraviesa Buenos Aires.
Cabe destacar, que hablamos desde nuestra particularidad como socialistas, dentro de la heterogeneidad que define a las juventudes bonaerenses.
En tal sentido, uno de nuestros esfuerzos actuales es promover espacios para la participación de los jóvenes, en el pensar y el proponer cosas que trasciendan lo generacional, en pos del mejoramiento de nuestra provincia y nuestro país. Por eso, en este caso, nos hacemos presentes en el marco de la III CPN: " Más socialismo, mejor democracia, más igualdad " para transmitir una serie de consideraciones acerca de la compleja dinámica social en la nos encontramos insertos, como escenario de innumerables desafíos para el crecimiento del proyecto socialista argentino.
Sabemos que nos encontramos inscriptos en un panorama poco aliciente, pero el socialismo no es sólo pronunciamientos, sino que es propuesta puesta en marcha. Así que, siendo Santa Fe nuestro principal referente de gestión y gobierno, realizaremos un trabajo comparativo en el que procuramos que se visualicen a grades rasgos, los límites y posibilidades para la construcción de un Frente Progresista en Buenos Aires; convencidos en que ese es el camino a seguir.
1. Nuestro Pronunciamiento Grupal.[2]
Somos socialistas jóvenes de la provincia de Buenos Aires, con una realidad provincial que nos brinda hoy, la posibilidad de ser protagonistas y en muchos distritos, actores estratégicos, en esta alternativa progresista que estamos construyendo.
Decididamente, estamos convocados por la convicción de creer en la política como herramienta de transformación social; y definidos por los valores ético-políticos de nuestro partido, creemos que debemos realizar un trabajo conciente y comprometido, desde el reconocimiento y el respeto a la diversidad de los procesos que forjan nuestra identidad provincial.
Sabemos que no es sencillo, pero calmamos nuestras ansiedades al tratar de comprendernos como parte de procesos socio- históricos más amplios; comprendiendo que el camino a seguir es fortalecernos a través del tiempo como una fuerza política que logre contener y representar los intereses y necesidades de la mayoría, en esta sociedad cada vez más fragmentada, excluida y pauperizada, en términos económicos, como sociales, políticos y culturales.
Pero al asumir las responsabilidades (individuales y colectivas) de este emprender; resulta inevitable detenernos a pensar acerca de qué Socialismo queremos, para qué y cómo se llega; y así poder dar cuenta desde el trabajo cotidiano, de nuestro proyecto político en la sociedad, como herramienta históricamente puesta al servicio de la solidaridad, la ética y la equidad.
“Estudiar, organizar y Difundir” son y serán, los ejes trasversales de nuestra tarea, convocando desde la amplitud del partido a personas no socialistas también, a la construcción colectiva de una Argentina distinta.
Nuestra propuesta es construir una herramienta política que pueda transmitir ideas progresistas y traducirlas a acciones políticas concretas. Sabiendo a qué lugar se va, de qué cosa queremos ser partícipes como partido político, cuáles son nuestros vínculos con los otros, y a qué sectores sociales, como militantes, queremos llegar.
Nuestro desafío es trabajar construyendo consenso, desde una postura frentista que garantice verdadera representatividad. Más que una coalición electoral, hay que forjar además, una coalición política que exprese un determinado sistema de ideas defendiendo el decir en el hacer y que no nos conduzca a reproducir el fracaso de las experiencias vividas anteriormente en nuestro país. Porque tenemos la convicción de que no vivimos de ganar elecciones, vivimos por cambiar la realidad. Trabajando por construir una sociedad diferente, por construir algo que valga la pena ser pensado y vivido, como resultado de un proyecto de realización colectiva.
Creemos que la historia del hombre es la permanente lucha por transformar la realidad, y apelamos a aquella capacidad productora de cambios, regidos por los valores subyacentes de nuestras acciones partidarias. Porque estamos convencidos de que “el Socialismo no es un sistema. El Socialismo es un conjunto de valores, que a través de la historia se va aplicando a cada momento, se va aplicando a cada circunstancia. Y también (…) tiene que haber pasión. Pero la pasión no tiene sus raíces en la ciencia, sino en la utopía, en el ideal. Y no hay lucha socialista sin utopía y sin ideal. Esto hay que comprenderlo. El Socialismo hace muchas veces a la posibilidad de la concreción de llegar a la comprensión de la gente, que la hemos sabido movilizar. Y esa gente tras un ideal es una fuerza transformadora incalculable, mucho más allá de lo que puede estudiar la gente. Por eso es necesario avanzar con las dos piernas del Socialismo: con la ciencia y con el ideal, con la utopía de un país diferente, de una ciudad diferente, de un barrio diferente. Y esto es posible, y se ha demostrado muchas veces que esto es posible.” [3]
Sabemos que no hay recetas para nuestro trabajo y además no creemos que sea posible estandarizar el accionar, en la dinámica y complejidad de la realidad. Pero como socialista jóvenes sostenemos la importancia de dar el lugar para formarnos, organizarnos y aunar criterios estratégicos de participación, que reflejen nuestra perspectiva en el trabajo mancomunado del conjunto, más allá de los espacios y/o particularidades distritales que nos encontremos transitando.
2. Algunas reflexiones comparativas con la experiencia de Santa Fe. En torno a las necesarias reformas del Estado Bonaerense.
Como jóvenes socialistas bonaerenses observamos a lo largo y a lo ancho de la provincia una profunda crisis marcada a grandes rasgos, por el profundo deterioro del tejido social, facilitado por las políticas de gobierno que “nos vienen conduciendo” con cierta lógica de “banda punteril”.
Así, realizando un análisis no del todo minucioso, creemos fundamental armar y diseñar políticas públicas que permitan erradicar “los canceres de la política bonaerense”, que a nuestro criterio, se agudizan principalmente por:
1. La lejanía del estado con el ciudadano: Por la incorrecta e imprecisa división territorial de la provincia de Buenos Aires, el contacto cercano y dinámico del Estado provincial y municipal con el vecino, es muy difícil de que se lleve a cabo. Una de las causas de esta problemática, es la magnitud de ciertos municipios, y la escasa descentralización de los mismos. El caso bisagra es el municipio de La Matanza, en el conurbano bonaerense, que cuenta con 1.225.228 Habitantes.
2. Falta de Autonomía Municipal: Aparte de la gran concentración de habitantes en muchos de los 134 distritos de la provincia, estos no gozan con lo que el articulo 123 de la Constitución Nacional exige, que es la autonomía de los municipios. Cuestión fundamental para pensar desde los Distritos el desarrollo local y la aplicación de políticas publicas transversales, innovadoras, transformadoras y participativas; que terminen con los esquemas vigentes de malversación de recursos públicos, mediante la continua creación de programas y sub- programas fragmentados, superpuestos, focalizados, e ineficientes, que poco responden a las necesidades reales de la población.
3. Incorrecta Regionalización: En muchos casos, la provincia esta regionalizada en criterios no semejantes. Por ejemplo las regiones judiciales, difieren terriblemente de las regiones electorales. Es necesario avanzar hacia una regionalización que abarque todos los temas y que la conformen distritos con similares características culturales, productivas, y de transporte, para que las acciones públicas acordes a las necesidades de cada región sean aplicables.
4. El profundo aparato de corrupción y clientelismo político: la utilización excesiva de recursos destinados a fines poco transparentes y manipuladores de “voluntades” es una característica trasversal a cada eslabón de la administración pública en nuestra provincia. La situación de extrema necesidad de la gran mayoría de nuestra población, y los aprovechamientos de los gobiernos locales que utilizan los deficientes programas disponibles desde el Estado, a modo de dádivas sociales, son moneada corriente. Existe una gran cantidad de planes sociales mal habidos, son condición indispensable para que los caudillos territoriales mantengan su poder. Quien maneja el poder del Estado, cuenta con un plus (los fondos públicos) para hacer la campaña electoral y “comprar voluntades”. Las comunes amenazas que “si no venís a la marcha te sacamos el plan “, son las pruebas de la forma de extorsión que sufren los vecinos mas vulnerables de la provincia ante la necesidad de movilización del gobierno nacional.
En este análisis, no podemos dejar de hacer mención del sistema de corrupción político- policial. La policía bonaerense representa un estado paralelo que maneja ilegal e impunemente, el juego clandestino, la prostitución, las drogas, el alcohol y la evasión de impuesto entre otras cosas. Muchos intereses económicos y políticos se verían afectados con una “nueva policía”, ya que los jóvenes son los primeros en quedar atrapados en sus “manejos arbitrarios y desmedidos de poder”, y con quienes, estos mafiosos se llenan los bolsillos de plata sucia.
Si bien contamos con la referencia concreta de otra manera de pensar la gestión de gobierno, en la experiencia de Santa Fé, somos concientes de que las realidades y oportunidades que presenciamos son notoriamente diferentes.
Siendo nuestra principal preocupación el cómo continuar avanzando en la construcción de un frente Progresista en la Provincia de Buenos Aires; en esta ocasión, sólo nos detendremos en algunos aspectos neurálgicos de tal proceso.
Comparando el Estado de la provincia de Buenos Aires y el de la provincia de Santa Fé, se visualizan innumerables diferencias, pero puntualmente dos de escala estructural, acarrean todas las demás.
La primera, referida a la vinculación y articulación entre los factores del estado, el gobierno y el partido político gobernante. En Buenos Aires, habitualmente se confunde estado y gobierno, y se lo trata como una misma cosa. No hay políticas de estado, sino que hay políticas de gobierno. En tiempo de elecciones, el rol del partido gobernante esta muy asociado también a la política asistencial del gobierno, y éste le provee de ayuda social a los referentes territoriales del Partido. Afortunadamente, en la provincia de Santa Fé, y con un esfuerzo sideral, se consiguió diferenciar el gobierno, que es de carácter transitorio es el encargado de la gestión publica, que es la expresión de la política; del estado, que tiene un alcance mayor que el gobierno, y del cual formamos parte todos los ciudadanos; y el partido en este caso, el Frente Progresista, que es un mero instrumento electoral y de creación de objetivos y propuestas.
Y la segunda, que distingue con claridad estas dos maneras contrapuestas de pensar la gestión es la Planificación Estratégica. Herramienta fundamental para generar espacios de diálogo y concertación entre los distintos sectores provinciales, para el diseño, la implementación y el control de las políticas de gobierno. Propuesta que tiene como centro, un postulado que rompe paradigmáticamente con las formas de convencionales de la política gubernamental: La participación ciudadana. Que en el caso de Santa Fe se cuenta hoy con plan programático de gestión pensado desde el conjunto. En el caso de Buenos Aires en cambio, los asuntos concernientes al porvenir provincial se deciden en una especie de “escribanía” manejada por los que “ganan las elecciones”.
Pero para situarnos más claramente en el análisis, el triángulo de gobierno propuesto por Matus, nos ayudará a entender y comparar las dos realidades, planteando que “… gobernar es articular los tres vértices de un triangulo: gobernabilidad de los sistemas, proyecto de gobierno y capacidad de gobierno…” [4]
El proyecto de gobierno: indica el punto de llegada al que se aspira y el rumbo seleccionado, y tiene que ver no solo con los objetivos a lograr, sino también con los medios que se proponen para alcanzarlos. En Santa Fé, existe el Plan Estratégico, realizado colectivamente por miles de santafecinos y con objetivos y desafíos a mediano y largo plazo que incluyen todas las áreas del gobierno. En Buenos Aires, no tenemos conocimiento de nada que se le parezca a una planificación de la gestión. Como ya dijimos, el gobierno socialista llego a la ambiciosa pero real concreción de un plan estratégico; y dicho plan, es el mas alto de los niveles operacionales, incluyendo los lineamientos políticos fundamentales, las prioridades (como por ejemplo crear, difundir, enseñar e inculcar derechos y no resolver demandas), la asignación de recursos y las estrategias de acción. Jerárquicamente inferior en esta escala, viene el termino “programa”, que hace referencia a un conjunto de actividades, servicios o “proyectos”, el tercer nivel. De acuerdo al análisis que hacemos del gobierno de Daniel Scioli, su gestión tiene coordinada mayoritariamente sus políticas a través de proyectos, definiendo este término como conjunto de actividades concretas, interrelacionadas y coordinadas entre si, que se realizan con el fin de brindar servicios, satisfacer necesidades y resolver problema. Gestión que restringida a este nivel, reduce la capacidad de gobierno a la satisfacción de demandas y no a la creación de derechos, principal y sustancial diferencia.
La gobernabilidad del sistema: Se refiere al peso relativo de las variables controlables y de las no controlables, del sistema en cuestión (en este caso el aparato público), que se refleja en el grado de aceptación o rechazo tanto de los gobernados, como de los demás poderes de gobierno y grupos de presión existentes. En este aspecto hay cuestiones contradictorias, en Santa Fé, se logro un dialogo fluido y maduro con los sindicatos y las cámaras empresariales, a través del Concejo Económico y social; sin embargo, el senado provincial con mayoría justicialista, pone palos en la rueda del gobierno, como lo hizo, entre otras iniciativas, con la reforma tributaria y el presupuesta 2009. La situación de la provincia de buenos aires, es que el gobernador goza de una mayoría automática en ambas cámaras legislativas, no cree conveniente la participación de la ciudadanía y de representantes sectoriales en un ámbito de discusión no vinculante.
La capacidad de gobierno: Tiene que ver con la pericia que demuestra el gobernante y sus funcionarios para conducir, maniobrar y superar las dificultades del cambio propuesto. Hace hincapié también en la eficiencia y la eficacia. Es fundamental la experiencia y el grado de formación técnica, política e ideológica de los responsables, y estas salen a la luz mayoritariamente en los momentos de crisis. Acá reside otra diferencia estructural entre ambos gobiernos. Uno, el del compañero Binner, que plantea soluciones y propuestas ante cada inconveniente, (que fueron muchos a pesar del corto tiempo en el poder) y otro, que su principal obra es llevarse bien con el poder central, (léase gobierno nacional, presidente del Partido Justicialista) así esté le provee de fondos y de aportes del tesoro nacional para subsistir. El gobierno socialista cuenta con cuadros formados desde hace mucho tiempo para ocupar los roles que les tocan desempeñar hoy en la provincia de santa fe, quienes participaron en la elaboración de un programa y donde los equipos técnicos se encargaron de conocer profundamente la realidad y de pensar propuestas para transformarla. Del otro lado tenemos un gobernador exportado, ya que por conveniencia del ex presidente, y ante la falta de un candidato a gobernador, hizo que un hombre de la capital federal se postule, y no tenga planes, equipos, pertenencia ni vocación.
3. ¿Qué vemos y qué pensamos hacer? Algunas consideraciones finales.
Es cierto que la complejidad provincial, y las dificultades concretas de encaminar políticas públicas desde un espacio de minoría, es un condicionamiento claro y evidente en los ámbitos que estamos.
Sin embargo, no claudicamos, porque tenemos en claro la direccionalidad nuestro trabajo.
De esta manera, si tuviésemos la ocasión de avanzar en torno a la elaboración de políticas públicas provinciales; acordamos fehacientemente con el Frente Progresista de Santa Fe, acerca de la importancia de involucrar a la sociedad, en la elaboración del cambio y no sólo como mera destinataria de las propuestas; aportando las diferentes perspectivas en la construcción de las mismas.
Y Sostenemos que para esto hay que democratizar la política. Resignificar el sentido de la política como dimensión inherente al hombre, como herramienta de transformación social. Y cuando hablamos de lo político, no nos referimos a las meras prácticas partidarias convencionales de internismos, clientelismos y manipulación. Porque “No habrá una democracia plena, sino se diseñan nuevas estructuras de participación en el campo económico-social que convierta a cada hombre en protagonista de su desarrollo personal y colectivo”[5]
Para ello, es indispensable fortalecer al ciudadano sobre el electorado, el derecho a tener derecho, la democracia real sobre la formal. Facilitando las posibilidades para que las personas puedan ser participes del mejoramiento de su vida cotidiana.
Sin lugar a dudas, este proceso de separación entre lo político y lo social, funcional a la clase dominante, nos lleva a repensar el proceso de construcción democrática de nuestro país y a promover las herramientas de intervención que nos brinda este espacio progresista; revolucionando el esquema tradicional y vigente de gestión, tendientes a mejorar la calidad institucional, al cambio en la cultura política y a la participación ciudadana en políticas públicas.
Creemos y sabemos que esto es posible, pero debemos tener presente las particularidades de nuestra provincia para poder avanzar hacia nuestro plan estratégico bonaerense.
En definitiva, se trata de no renunciar pese a las adversidades, y poder demostrarle a la sociedad que la práctica social implica necesariamente ser concebida como construcción política. Que es posible el cambio, pero que éste que se forja diversamente en tiempo y forma; acorde a los distintos procesos socio- históricos y regionales.
".. No estemos jerarquizando lo que nos separa sino que desarrollemos las coincidencias, lo que nos une. O salimos hacia adelante o volvemos hacia atrás, y esto hay que definirlo como lo define siempre la juventud, con corazón y a pulmón. Esta es nuestra fuerza, asumámosla...”
Guillermo Estévez Boero.[6]
Este documento fue pensado y redactado por los siguientes compañeros: Andrés Lorusso, Ariel Gómez, Israel Caire, Agustín Gargiulo, Gerardo Laguzzi, Natalia Ligrenyn, Leonel Caire, Walid Rashid, Ailin Infante (Alejandro Korn); Boris Tronchinsky, Flavia Villalba (San Vicente) ; Jenifher Vago, Ignacio Sentana, Gonzalo Sentana, Noelia Martini, Maria Mangieri, Mariana López, (Moreno) Miryam Navarro, Maia Lata (Avellaneda) ; Miguel Palacios (San Isidro) Agustín Simiand (La Plata) .
[1] Auyero C. (2007): Escritos Políticos. Editorial Sudamericana. COPPPAL Argentina. Pág. nº 93
[2] Este documento es el resultado del “Encuentro de Socialistas Jóvenes de la Provincia de Buenos Aires” realizado el 16 y 17 de noviembre de 2008, en Moreno – Buenos Aires. Actividad que tuvo como objetivo fortalecer la organización grupal.
Para más información: http://jpsbuenosaires.blogspot.com/
[3] Fragmento de “Charla del Compañero Guillermo Estévez Boero”. Rosario, 27 de noviembre de 1999. De: Escuela de Formación Política del Partido Socialista Popular, Santa Fe. Pág., 45. (Texto utilizado como documento de debate en el Encuentro)
[4] Matus C. (2000): Teoría del Juego Social. Fondo Editorial Altadir, Caracas. Pág, 437
[5] Auyero C. Idem, pág. nº22
[6] Estévez Boero G. Ídem. Pág. nº 44